Lo único que han materializado y materializarán siempre, es el infierno.

El socialismo y el complejo de Dios

Lo único que aparentemente haría posible al socialismo sería que quienes planifican tuvieran –como creen tener en su infinita arrogancia– el poder de Dios

socialismo
¿Juega el socialismo a ser Dios? (Foto: Flickr)

Para tratar sobre lo que se puede denominar “complejo de Dios”, es irrelevante que el lector sea creyente, agnóstico o ateo ya que, el hecho de que algunas personas asuman que serían capaces –individualmente o en grupo– de ejercer efectivamente un grado de control sobre el orden social que exigiría las capacidades ilimitadas de Dios es independiente de la existencia o inexistencia de Dios mismo.

El concepto de Dios

Dios, no como un tema de fe, sino como un concepto a definir (para a su vez, determinar el alcance del «complejo de Dios») no requiere un largo examen de religiones comparadas, sino una definición lógica coherente para explicar el alcance del concepto mismo.

Cierta tradición intelectual occidental define a Dios por tres características que deduce como necesarias del concepto mismo de lo divino llevado a sus últimas consecuencias lógicas. En ese sentido definimos a la divinidad como:

Omnisciente: esto implica que Dios –de existir– todo lo sabe. Y el alcance de todo es necesariamente ilimitado.

Omnipresencia: Dios existiría como presencia consciente en todo momento y lugar de la realidad íntegra, sin limitación alguna de espacio o tiempo.

Omnipotencia: su poder, como su conocimiento y presencia, no conocería límites.

Sería un poder y conocimiento que no conoce límites de espacio y tiempo, lo que desde que aceptamos al tiempo como una dimensión del espacio, nos habla lógicamente de un ser que sabe, está, puede y de hecho es, ahora en toda la realidad que existió, existe, y existirá. A eso, no a otra cosa, se refiere el concepto de omnipotencia que finalmente requiere y comprende los de omnisciencia y omnipresencia.

Cuando decimos que una persona o grupo sufre “complejo de Dios”, nos referimos a que se cree capaz de algo que resulta materialmente imposible dentro de las leyes de la propia naturaleza para cualquiera, excepto para quien tuviera esas características de Dios.

El orden espontáneo

Cuando comprendemos que la existencia misma de la sociedad civilizada es producto de un orden espontáneo que resulta de la acción pero no de la voluntad humana chocamos con una realidad profundamente contraintuitiva. Es natural entender al orden como resultado de una voluntad ordenadora, pero todo lo que sabemos –sin ser omniscientes– sobre el propio universo, materia y energía, tiempo y espacio, así como sobre la evolución de la materia, la vida, la inteligencia y nuestra propia sociedad nos obliga a aceptar donde quiera que la materia llega a ser próxima al grado en que la complejidad aparece, emerge un orden sin ordenador que evoluciona en sus propias y necesarias interacciones aleatorias hacia la selección adaptativa.

La mente humana es capaz de identificar aquello, tanto en la naturaleza como en la propia sociedad, pero es contraintuitivo, porque nuestra experiencia vital nos conduce a entender  el orden como aquello que nosotros mismos producimos a voluntad al actuar sobre nuestro entorno y a todo lo demás como caos. El caos, sin embargo, parece ser una mera entelequia –y en cierto sentido un mito ingenuo– mediante la que definimos un tipo de orden que escapaba a nuestra comprensión.

Obviamente, que la sociedad misma sea orden espontáneo –y que no pueda ser otra cosa– nos dice que vivimos en un orden que no es producto directo de nuestra voluntad sino indirecto e involuntario de nuestras acciones. Nos adaptamos al orden social mediante reglas, usos y costumbres institucionalizadas que, siempre sujetas a la selección adaptativa a lo largo de generaciones, nos permitieron evolucionar de los minúsculos grupos tribales definidos por los fines comunes, la envidia y la xenofobia, hacia la gran sociedad civilizada en que podemos interactuar pacíficamente con infinidad de desconocidos –incluso con aquellos a los que jamás vemos– cada cual en busca de sus propios y particulares fines, sirviendo lo más eficazmente posible a los de los demás. Es el orden del comercio, la producción especializada, la división del trabajo y el conocimiento, la propiedad, el derecho y la prosperidad creciente, en constante oposición al orden tribal primitivo de la envidia, xenofobia, violencia y miseria permanente.

El alcance del error socialista

Hayek explica en su última obra La fatal arrogancia que la idea común a toda forma de socialismo no es otra que un error de hecho sobre la forma en la información se crea y emplea en el orden espontáneo de la sociedad a gran escala. Los socialistas creen que pueden centralizar y controlar a voluntad la totalidad de la información que permite la existencia misma del orden civilizado. En su empeño, destruyen los procesos espontáneos de interacción voluntaria institucionalizada de los que surge tal información dispersa.

Se trata de la capacidad de procesar datos: ni cantidad de datos o la velocidad de procesamiento. Nos referimos a predecir lo impredecible, de infinitas interacciones libres entre todos y el entorno mediante las que cada individuo define sus propios fines y emplea sus propios medios, aprendiendo lo que ningún otro podría llegar a comprender sino de sí mismo. No podemos conocer lo que los demás desean, ni lo que desearan. Al imponerles fines, medios y planes de  terceros por la fuerza, inevitablemente se empobrece material y moralmente el orden social hasta su colapso.

Lo único que aparentemente haría posible al socialismo sería que quienes planifican tuvieran –como creen tener en su infinita arrogancia– el poder de Dios. Siendo en su mayoría ateos., se han elevado –como también creen mediante dogmáticas absurdas– a la altura de la divinidad, lo que es imposible.

Si Dios existe, sus fines y medios no tendrían límites, su “acción” estaría más allá del tiempo lineal en que vivimos. En términos humanos no sería acción. El orden espontáneo de la sociedad sería la única “imagen y semejanza” entre lo humano y lo divino. Pero exista o no, el hecho es que quienes en su complejo de Dios sacrifican en los altares de su arrogancia a millones de inocentes, prometiendo el paraíso en la tierra, lo único que han materializado y materializarán siempre, es el infierno.

Ante la reiterada falta de Gas Doméstico

PROTESTAN EN EL SECTOR “LAS TORRES” DE TRESPICOS EN CUMANÁ.

Con cauchos, palos y piedras, habitantes de "Las Torres"
cerraron las vías en protesta por la falta de Gas Doméstico.
Nuevamente las comunidades del municipio Sucre, del estado Sucre, se manifiestan en contra de la falta de gas doméstico. Por enésima vez habitantes del sector “Las Torres” de Trespicos, cierran la vía principal que conduce a esa población de Altagracia; cansado de los engaños a que son sometidos por las autoridades competentes, quienes reiteradamente les ofrecen una solución que nunca llega a concretarse.
Señalaron los habitantes de este sector de Cumaná, que ya están cansados de tantos engaños, que ya no soportan más la situación a que son sometidos, tras muchos meses cocinando con leña; a pesar de ser Venezuela uno de los  países con las mayores reservas de gas del mundo, por lo que no se concibe que “nosotros,-dijeron- vivamos como en principios  del siglo pasado, y que hallamos desmejorado tanto en nuestra calidad de vida junto con nuestras familias”.






Las gráficas corresponden a la protesta de hoy, 16 de julio  de 2020, en horas de la mañana, en el sector “Las Torres" de Trespicos.

LAS FANB AL MARGEN DE LA CONSTITUCIÓN


"Llamamos a la conciencia del pueblo venezolano, especialmente al pueblo del Estado Sucre, para organizarnos y luchar por el rescate de la libertad y la democracia"
        
Andrés Emilio Cardona
  Dirigente Regional UNT Cumaná
         El artículo 328 constitucional, preceptúa que las FANB constituyen una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación. En ese tenor, se afirma que en el cumplimiento de sus funciones, las FANB, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna.
Las FANB han estado alejadas de los principios constitucionales de profesionalismo, sin militancia política ni han garantizado la independencia ni la soberanía nacional. Es sugerente su posición político partidista a favor del gobierno, cuando a todo gañote dicen que son revolucionarios, bolivarianos y profundamente chavistas; y, además, asisten al programa político partidista “Con el mazo dando”, que se transmite por VTV y conducido por el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, en la que le pasan lista de asistencia a la oficialidad militar, que siempre colma el auditorio del programa.
A lo largo del régimen chavista se conformó la “alianza cívico-militar” que ha sido nefasta para el desarrollo, crecimiento y el progreso social de la sociedad venezolana. Este engendro se propuso construir el socialismo a costa de la ruina del país y su gente. Esta alianza tiene en su haber el récord Guinness de quebrar un país petrolero. El Alto Mando Militar de las FANB tiene la alta responsabilidad en la destrucción del Estado republicano, al permitir la anulación de la Asamblea Nacional, mediante un artificio jurídico, inexistente en el ordenamiento jurídico venezolano. De esa manera se burlaron de las investigaciones parlamentarias de la gran corrupción de la “robolución” socialista.
Las FANB son los responsables del hambre, la miseria, la represión y del Estado fallido; porque, son ellos los que apuntalan a un gobierno forajido, ilegítimo, incapaz, ineficiente, corrupto, a cambio del reparto del “botín de guerra”, en la que han convertido a Venezuela. Los militares dominan el negocio de los dólares, del oro, de los alimentos, del cemento, de la cabilla y pare usted de contar. Más temprano que tarde habrá justicia en el país; porque, ellos se han puesto de espalda a la historia y al margen de la CRBV, por estar al servicio exclusivo de Nicolás Maduro y del PSUV.
En Un Nuevo Tiempo (UNT), creemos que no hay República ni democracia en el mundo sin parlamento independiente, solo es propia de las tiranías; y, Venezuela no es la excepción. Por tal razón, llamamos a la conciencia del pueblo venezolano, especialmente al pueblo del Estado Sucre, para organizarnos y luchar por el rescate de la libertad y la democracia.

"los que han tenido éxito y han sido capaces de construir un elevado nivel de vida a sus habitantes han sido países en donde ha prevalecido el acuerdo, el consenso y la solidaridad y no el odio y la división".

La #CátedraLíbreUNT de hoy la asume Eduardo Fernández. Es un tema de gran vigencia que nos ubica en la necesidad de recomponer lo que está descompuesto: La Unidad Nacional.
Eduardo Fernández
Unión Nacional

Una de las tareas más importantes que tenemos que abordar los venezolanos es la de recomponer el sentimiento de Unidad Nacional.


El chavismo tuvo como objetivo estratégico, desde el primer día, dividir a la familia venezolana. Dividirnos entre revolucionarios -los que apoyan el gobierno- y contra revolucionarios -los que adversamos al gobierno. Dividirnos entre los de la cuarta y los de la quinta. Entre los ricos y los pobres. Entre los amigos del pueblo y los enemigos del pueblo. La consigna fue siempre la división.

Esa cultura de la división terminó permeando a todos los sectores de la vida nacional. También en las filas de la oposición surgió el fenómeno de la división de las opiniones, de las ambiciones y de los proyectos partidistas o personales.

Ahora nos toca trabajar por recomponer la unidad nacional. “Reino dividido no prevalecerá” dice la Sagrada Escritura (Mc 3,24). En efecto los que han tenido éxito y han sido capaces de construir un elevado nivel de vida a sus habitantes han sido países en donde ha prevalecido el acuerdo, el consenso y la solidaridad y no el odio y la división.

En la democracia, por definición, existen diversos puntos de vista y deben competir diversos intereses económicos, políticos o sociales. El pluralismo y el debate cívico son consustanciales a un régimen de libertades. Lo importante es no perder de vista que hay temas en los cuales por encima de las visiones parciales debe prevalecer el interés nacional.

Temas como la defensa de la soberanía nacional y de la integridad territorial; la defensa  de la Constitución Nacional como expresión del Pacto Social entre todos los ciudadanos para garantizar la convivencia pacífica y civilizada; el diseño de un programa mínimo común que asegure a todos los ciudadanos bienestar económico y social.

No es alrededor de un caudillo o de un partido político o de una alianza de partidos que se debe trabajar por la unidad. Es alrededor de un programa, de un compromiso de luchar unidos por asegurar el progreso institucional, económico, social, cultura y ético de la sociedad.

En el Centro de Políticas Públicas Ifedec estamos trabajando en la dirección de promover un movimiento de Unión Nacional cuyo objetivo fundamental sea trabajar por la unidad de los venezolanos y por sustituir la cultura de la confrontación por una cultura de la cooperación.

Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE
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