Desde el año 2015 hasta la fecha, los informes internacionales se han mantenido con muy pocas variantes. Las mejoras no han llegado, mientras que la pobreza y desnutrición siguen afectando a un porcentaje alto de la población.
“La sociedad venezolana está en una emergencia humanitaria compleja que ha sido reconocida nacional e internacionalmente a partir de los años 2015 y 2016. Este tipo de emergencias no sólo se expresa en los déficits que pueden existir en el acceso a bienes y servicios, que son vitales para la calidad de vida de las personas, sino que hay una serie de eventos que generan una situación crítica para la mayoría de las personas y que se presentan de manera intencional por una ausencia de políticas adecuadas para garantizar la calidad de vida de las personas”, comentó la socióloga, Yonaide Sánchez.
Uno de los principales motivos de la subalimentación existente en los niños y adultos mayores en Venezuela se debe a los tímidos esfuerzos realizados por el Gobierno venezolano para cambiar la realidad. Esto, según palabras de Dilio Hernández, economista venezolano, que asegura que el crecimiento de la producción nacional es muy débil, con al menos el 70% de los bienes importados y con la problemática de la poca confianza internacional levantada por el Gobierno para la obtención de créditos o préstamos que muevan la producción local.