¿Es posible hablar de economía plateada en la Venezuela de hoy?
En el contexto actual de Venezuela, marcado por una Emergencia Humanitaria Compleja, hablar de economía plateada —aquella que reconoce y potencia el valor económico, social y cultural de las personas mayores— parece más un ideal que una posibilidad concreta. Desde 2013, se ha acentuado y nos hemos enfrentado en el país ha una inflación galopante y persistente, que ha destruido el poder adquisitivo y desmantelado los cimientos del trabajo formal y del sistema de seguridad social. Ha sido un proceso complejo impuesto por un modelo político, económico y social, que ha pulverizado los salarios, las pensiones y las prestaciones sociales. Hoy la pensión mínima equivale a 1.2 dólares mensuales igual al salario mínimo según datos oficiales y de organizaciones independientes, muy por debajo del umbral de pobreza extrema fijado por el Banco Mundial (2.5 $ diarios). Esto coloca a la mayoría de los adultos mayores por debajo del umbral de pobreza extrema.
Las prestaciones sociales prácticamente han desaparecido, y los beneficios laborales que alguna vez acompañaron al salario justo —como el acceso a la salud, recreación y ahorro para la vejez— han sido eliminados.