El principal factor que explica la citada aceleración de la inflación fue la depreciación del bolívar. En efecto, el precio del dólar aumento 14,8% en el mes en referencia no obstante la pronunciada intervención del BCV en el mercado cambiario, lo cual se tradujo en una pérdida de reservas internacionales de US$ 158 millones durante abril.
Estos datos sugieren que la política de estabilidad del tipo de cambio llevada a cabo por el BCV, a parte de altamente costosa, está siendo cada vez más inefectiva. También contribuyó al alza de precios el efecto del encarecimiento de los bienes y materias primas importadas como resultado de la invasión de Rusia a Ucrania.

Entre los rubros que registraron los mayores aumentos están los rubros educación (54,9%), bienes y servicios (24,8%), vestido y calzado (18,6%) y esparcimiento (16,0%). Los alimentos experimentaron un aumento de 12%.

La canasta alimentaria en el mes subió a 382 dólares mensuales, un costo alarmante porque el salario mínimo cubre solo 8% de este valor, dejando fuera de un consumo mínimo a millones de venezolanos, sobre todo trabajadores del sector público y pensionados y jubilados.

Para Guerra, la intervención cambiaria del Banco Central de Venezuela (BCV) ha resultado ineficaz e insiste en que esta el ente emisor no tiene capacidad para mantener esta política, ante el riesgo de que las reservas internacionales «colapsen».
«Hay un proceso de alta inflación que no cede y eso es lo que está a la vista, a pesar que el Banco Central ha quemado todos sus cartuchos», dice Guerra.
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